jueves, 18 de febrero de 2010

Etapa 12: Melide – Arca 31 kms

03/06








He dormido bien y me levanté temprano.
Es la primera vez que consigo salir antes de las 8: eran 7:15.
El día es brumoso, ideal para caminar, más fresco.
Comencé con una avidez fuera de lo común. ¿Será porque estoy en el camino francés?
Una cosa es cierta, ya topé con más peregrinos que en cualquier otro día del camino primitivo.
Esto me animó mucho. El camino había sido bueno, pero tengo la sensación de que algo faltaba. Sigo caminando con mucha gana. Me detengo a tomar un café con leche, que me da una gran fuerza.
Paso por una fuente a la salida de Melide, y me acuerdo de ella de otros caminos.



Llego a Ribadiso de Baixo, un lugar muy especial donde también estuve en caminos anteriores (en especial 1999) y que continúa con su encanto. Es una pena que estoy sólo de paso, el lugar está vacío, es muy temprano.
Puedo hacer fotos ... Memorias de 1999: fue aquí que yo y otros peregrinos reencontramos el resto del grupo que se había separado y, después de un esfuerzo increíble (hicimos 3 o 4 etapas seguidas con más de 30 kms) para alcanzar el grupo para poder llegar juntos en Santiago.
Sigo, el día está nublado, muy bien. Muchos peregrinos.



Ribadiso de Baixo

Encuentro con Tommaso y Fabiana (la pareja italiana). Caminamos y almorzamos juntos. Los peregrinos pasan mientras comemos.
Camino más rápido. Nos detuvimos para tomar un café y como de costumbre charlo con el personal del bar.
Los italianos siguen. Me quedo en el bar y me compro una vieira.
Sigo con una fuerza que ya no me conocía. Quiero caminar el más rápido que puedo.











Veo un peregrino parado oliendo una rosa. Tengo la impresión de que es de mi edad, mas o menos.
Al pasar cerca de él, me hace una señal de parar y oler las flores. Me doy cuenta de que es francés. No sé, veo que él está con una mirada distante, como que modificado por el camino. No sé si es sólo mi impresión o si es realmente el camino francés es diferente. De todos modos me sentí mal por caminar tan rápido y perder detalles como el perfume de las rosas.
Hable con otros peregrinos. Me acuerdo de los bosques de pinos de la región.
Paso por un punto, donde hay una placa en honor de un peregrino que murió en el camino en 1993, Guillermo Watt, también hay una copia en bronce de sus botas. Me acordé de que mi amigo José (99) se me comentó que lo había visto caer delante de él.











Placa en honor
a peregrino muerto en el camino

Llego finalmente en Arca, el albergue está lleno. Reencontré los italianos, que me invitan a cenar. Acepto y compro el postre en un lugar cercano.
El albergue cuenta con lavadora y secadora, un lujo, y aprovecho la oportunidad. En la cocina hay dos bonitas alemanas que trataban de cocinar espaguetis, pero en maniera muy errada. Como buena italiana, Fabiana les dice que todo está mal, porque la mitad de la pasta estaba fuera de la sartén (no iría cocinar nunca!) y pone el resto dentro. Estoy un poco allí, pero no parecen estar interesadas en hablar.
La cena fue como en familia.
Lo siento por no haber hecho el Camino Francés. Pero paciencia, cada ruta es una experiencia que vale la pena.
Mañana 20 kms me separan de Santiago, que me voy a sentir cuando llegar?




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