sábado, 24 de octubre de 2009

Etapa 7: Castro - Fonsagrada 21,8 kms

29/05










Empiezo tarde, espero para desayunar en el albergue, que sería de 8:20, pero se retrasó un poco.

El sol está alto y empiezo a caminar a buen ritmo, por sendero y con sombra.
Nada de subida, camino muy rápido en este tramo, pero justo antes de llegar a Penafuente, el camino es por carretera y con mucho sol, sin protección. Después de una hora más o menos, paro para descansar un poco.
Hay una fuente con agua muy fresca junto a una pequeña capilla. Cielo azul con algunas nubes y montañas llenan el paisaje.
Después de media hora, mojo la cabeza y sigo.
 



El sendero continúa con una subida y luego vuelve hacia el asfalto, leo en el guía que debería seguir por la carretera. Noté que el guía era viejo, porque ninguna de las señales de correspondencia. Bueno, al final, después de más de una hora bajo el sol puedo llegar a El Acebo, un bar en el medio de la nada.

Bebo algo frío y seguí caminando, ahora por sendero.
Todo sería perfecto si no fuera por el fuerte sol. Llego a Fonfría, después de un pedazo de carretera asfaltada.
Desafortunadamente, ya había superado una fuente y por suerte, un hombre que estaba en el jardín fue muy amable y me rellenó la cantimplora.
El camino continúa en el sol junto a una carretera. Parece que no se acaba.
Justo antes de Fonsagrada había dos rutas ...
¿Por cual debería seguir? La guía dice que uno podría ir directamente al albergue, que estaba más adelante del pueblo, pero valía la pena pasar por él.
Pues bien, elijo uno. Una grande subida ...
Finalmente llego a la Fonsagrada casi derritiendo... Sudado era poco para definir mi estado.
Encuentro el grupo de mayores españoles que iba a una pulpería famosa.

 
 

Decido ir con ellos para saber dónde estaba el restaurante y al final fueran muy amables invitándome a comer junto con ellos.

El pulpo de la Gallega era excelente, acompañado por vino Ribeira. También comemos unas croquetas muy buenas y terminamos con tarta de orujo (este último no estaba en mucha cantidad en la tarta…).
Los españoles, casi todos estaban jubilados, son Víctor, Nacho, Felipe, Pedro, Adrián y Lalo.
Muy amables, hablamos mucho, algunos son de Salamanca, otros de Alicante, Bilbao y otro de Zamora.
El albergue se encuentra fuera de la ciudad y caminamos unos 2 kms. Hablo con Pedro, que estaba con dos bastones, sufriendo mucho para caminar. Me dijo que tendría que desistir, pues había operado las rodillas y para quitar los meniscos. Me dio un poco de pena, pero así son cosas del camino.
Al llegar al albergue encuentro la pareja italiana y inicio a charlar sobre el camino, pero creo que siempre son informaciones útiles.
Había camas suficientes, pero el estado es un poco lamentable y sucio. La ducha rota, pero con agua caliente. Termino las actividades diarias de un peregrino, o sea, lavar la ropa y ducharme.
Vuelvo a Fonsagrada porque quería fotografiar la ciudad. El calor era aún fuerte, aunque era por sobre las 7 de la tarde.
Fotografío, compro provisiones para el día siguiente y me voy a cenar en otro restaurante antiguo y famoso de la ciudad, sólo que esta vez como el bacalao, que estaba exquisito.




En la televisión del restaurante el noticiario dijo que era el día más caliente del año ...

Son 21:10, el sol esta a pico todavía, me marcho de vuelta al albergue.

Otras fotos Castro - Fonsagrada

martes, 20 de octubre de 2009

Etapa 6: Berducedo - Castro 25 kms

28/05









Me marcho temprano, ya que el grupo español se despertó haciendo bastante ruido...

De todas las maneras soy el último. El sendero se inicia bien, el sol está bonito y la mañana muy fresca.
De cara una subida, y poco después llego a La Mesa, un pueblo muy interesante y agradable.
No puedo encontrar nada abierto y mi agua ya había terminado, a pesar de que había rellenado la cantimplora en Berducedo.
Inicia una fuerte subida de 1,2 kms. Los modernos molinos de viento forman el paisaje.



Se subir puede parecer una cosa mala, me esperaba una bajada de 9 kms ...

Sin embargo, estoy con mucha confianza y gana. Bajé tan rápidamente y con una voluntad que ya no me conocía. El paisaje es magnífico.
No encuentro nadie y este facto me suena extraño, porque con mi velocidad ya tendría encontrado el grupo catalán.
Paré sólo una vez para beber agua y comer pan y queso que habían sobrado del día anterior.
Continúo y veo un río abajo, el descenso va a un embalse, que es muy sugestivo. El calor comienza a desgastarme porque estaba sin mi sombrero, que había perdido en algún lugar del camino.
Pasada la represa se inicia otra fuerte subida, esta vez por carretera asfaltada, 4 Km ...



Mi agua se había terminado y con el calor la situación comenzó a endurecerse. Todavía continúo a no ver nadie.

Después de una parte por camino (alrededor de 2 km de sendero) llego a Grandas de Salime, y con todas las tiendas cerradas.
Encuentro el grupo catalán en un bar de la ciudad. No me parecen cansados, visto mi situación ...
En el bar pregunto por comida, pero nada, bocadillos solamente.
Solicito informaciones del albergue y la chica del bar me dice que estaba en un estado de miseria. Decido esperar y seguir para Castro, que estaba 5 kms más adelante.
La camarera me aconsejó a llamar y reservar una plaza, porque el albergue era privado. Para un peregrino, reservar una cama no es agradable, pero dada la situación yo había pocas opciones.
Espero un poco más para salir porque el calor estaba muy fuerte, así se abrirán las tiendas y compro un sombrero para el sol (un poco fuera de moda, pero era necesario) y un pañuelo para el cuello.










Los últimos 5 kms fueran muy agotadores, pero llego a Castro y encuentro Tommaso y Fabiana, la pareja italiana.

El albergue está muy bueno, es de peregrinos, pero con unos toques de lujo, como sábanas y toallas. Los otros peregrinos españoles están allí.
Después de un buen baño y afeitarme hice un paseo por el pueblo.
Además de una pequeña capilla (con un forma diferente, pero muy común en toda la región) había un sitio arqueológico de una fortaleza romana.
Una colonia datada del año 800 a.C. Los romanos estaban bastante en esa zona debido a la cantidad de oro, como pude observar en la etapa del día anterior.



Ahora mismo estoy escribiendo sentado bajo la sombra de un árbol, con una brisa fresca, el canto
de los pájaros y la vista del pueblo con las montañas lejanas.
Regreso al albergue, a través del pueblo, que debe tener cerca de 15 casas como máximo.
La noche fue tranquila, a pesar de los ronquidos del peregrino que estaba en la habitación. Ni me servirán los tapa oídos, que sólo sirvieran para atenuar el ruido, al menos ...

Otras fotos Berducedo - Castro